White Riot

Ese fue un verano caliente en Inglaterra, en todos los sentidos. Parece ser que hacía un calor de la leche, más de treinta grados durante semanas lo que equivale al infierno para los ingleses. El clima social también estaba calentito, había ido subiendo de temperatura desde los 60. En estas circunstancias se celebró el carnaval de Notting Hill, un barrio de mayoría inmigrante y de raza negra, donde se quería celebrar la riqueza de la diversidad cultural.

Resumiendo, todos los ingredientes para pasarlo de miedo: calor, mucha gente (de todos los colores ) en la calle divirtiéndose, bailando reggae, bebiendo… Y todo con un estupendo olor a María.

Todo iba bien hasta que la policía detuvo a un joven negro acusándole de robar una cartera. Los asistentes al carnaval reaccionaron al ver el trato que estaba recibiendo el chaval y fue cuando se lió parda, empezaron a llover ladrillos sobre la policía y porrazos sobre los asistentes. En pocos minutos aquello se convirtió en una batalla campal.

¿Y quiénes estaban en primera fila lanzando de todo a la policía? Joe Strummer, Paul Simonon y Bernie Rhodes, dos de los componentes de The Clash y su manager. No acabaron en la cárcel de milagro.

A Strummer se le encendió la sangre con aquello y necesitaba plasmarlo en una canción.
Pero la canción no habla directamente de aquellos sucesos, solo hace referencia en un par de versos, White Riot es una llamada a las armas dirigida hacia la juventud blanca que estaba inactiva y no protestaba frente a la situación social de ese momento.

La canción se podría resumir así: “Los negros tienen aún más problemas que nosotros, pero ellos hacen algo. Los blanco tenemos que sumarnos a la lucha ¿o es que todo os importa una mierda?”

Técnicamente White Riot no es la mejor canción de los Clash y, con el tiempo, algunos miembros de la banda renegaron de ella, el propio Mick Jones no quería tocarla. Pero ese sonido que nos recuerda a los Ramones y, sobre todo, esa letra antisistema convirtió a White Riot en un auténtico himno punk.

Cuarenta años después esta canción no ha envejecido.