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Amy Winehouse

1983-2011

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Amy Winehouse fue una de las vocalistas más emblemáticas del Reino Unido en la década de los 2000. Abarcaba diferentes géneros musicales como el jazz, R&B y soul con composiciones profundamente personales. Más allá de sus continuos escándalos y problemas con el alcohol, que la acompañaron a lo largo de su corta vida, Amy poseía una de las voces mas conmovedoras y llamativas de esa época.
Creció en Southgate al norte de Londres. El jazz le fue haciendo compañía a a medida que crecía, ya que muchos de sus tíos eran músicos profesionales en ese género musical.

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En casa “devoraba” discos de Dinah Washington, Ella Fitzgerald y Frank Sinatra entre muchos otros artistas de la extensa colección familiar.

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Sin embargo, la adolescencia cambia sus gustos y empieza a sentirse más atraída por el espíritu rebelde de los músicos de R&B y hip-hop estadounidenses.

A los 16, después de haber sido expulsada de la prestigiosa Sylvia Young Theatre School de Londres, contacta con una discográfica. 4 años más tarde, fruto de esa relación, nace Fran, álbum debut de la cantante.
Tanto la crítica como el público, recibió a Amy con los brazos abiertos. Había nacido una estrella.

Fueron años de actuaciones, entrevistas y mucho, mucho escándalo por la fuerte personalidad y su amor incondicional hacia el alcohol. Es una pena ver a esta gran artista sin poder tenerse en pie, ni cantar en algún concierto por estar demasiado pedo.
Tanto preocupó su errática conducta a los dueños de la discográfica que le “sugirieron” la entrada a una clínica de desintoxicación.

Pero Amy, fiel a su estilo, pasó de ellos, dejó la discográfica y sacó su segundo disco, Back to Black.
Un álbum incluso mejor que el anterior con el que consiguió un record Guinnes al ganar cinco premios Grammy. Su fama aumentó, tanto como los escándalos en los que seguía involucrada. Ahora con un compañero de «fiestas» y antiguo novio, Blake Fielder, que además de convertirse en su marido, la introduce en el consumo de drogas duras. Una relación de amor-odio que inevitablemente estaba abocada al fracaso.

Los siguientes años fueron de mucho drama y poca música. En el 2009, ya había pasado por un divorcio traumático, había sido arrestada repetidamente, y los constantes problemas con el alcohol y las drogas le estaban pasando factura. Por si no fuera poco, todo esto amplificándose en la prensa sensacionalista y en actuaciones públicas, que terminaban convirtiéndose en desastres incoherentes. De estrella había pasado a juguete roto. Y no pudo más.

El 23 de julio de 2011, Amy fue hallada muerta en su apartamento de Camden Town. El informe forense, entregado tres meses después, reveló que su contenido de alcohol en sangre había sobrepasado con creces la dosis mortal. No se encontró ninguna otra sustancia ilegal.

Su última grabación fue un dueto con el cantante estadounidense Tony Bennett. El single de esa canción salió al mercado el 14 de septiembre del 2011. Amy Winehouse hubiera cumplido 28 años.

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