Chris Bell
1951-1978
El poco reconocimiento que tuvo en su época contrasta con lo que su legado ha calado en la escena indie americana de los 80 y 90. Grupos como R.E.M, Primal Scream o el mismísimo Beck reconocen la influencia de este músico.
Chris nació en Memphis, Tennessee, una de las cunas del soul y el R&B y desde pequeño vivió rodeado de esta música, pero no eran estos géneros los que le interesaban. Tanto él como sus amigos preferían la música que venía del otro lado del Atlántico.
La Bristish Invasion, abanderada por The Beatles, habían aterrizado con fuerza en los Estados Unidos.Y como muchos chavales de su época, se compraron instrumentos y empezaron a emular a sus estrellas británicas. Después de pasar por varios grupos de garage, a Chris le pica el gusanillo de la producción y se mete a trabajar en los estudios Arden, aprendiendo técnicas de producción y acrecentando su admiración por gurús como Brian Wilson o Phil Spector.
En paralelo, funda junto a Alex Chilton, amigo de la infancia y conocido por dar voz al temazo The letter de The Box Tops, la que para muchos es la primera banda «indie» del rock, Big Star. Su primer disco, #1 Record, lo tenía todo para triunfar: buenas canciones, grandes músicos, exquisita producción pero, un fallo en la estrategia de distribución, del que se encargaba el sello STAX, hizo que pasara sin pena ni gloria.
A partir de entonces, y debido a ese fracaso comercial, Chris abandona Big Star cayendo en una profunda depresión a la vez que se refugia durante algún tiempo en el alcohol y las drogas. Durante este periodo de oscuridad, llega a él la «luz» y se convierte al cristianismo. Poco después se embarca en un proyecto en solitario con bastante éxito, lo que le anima a volver a formar una banda. Pero de nuevo, la caprichosa dama de la guadaña volvió a la carga.
La madrugada del 27 de diciembre de 1978, Chris se estrelló en su deportivo contra un poste y murió en el acto.
Si te has quedado con mal sabor de boca, mírate el vídeo que así se te pasa 😉