Jimi Hendrix
1942-1970
Su manera de tocar la guitarra, ya fuera convencionalmente, con los dientes o por detrás de la cabeza, dejaba a toda la audiencia, incluidos músicos de gran nivel, con la boca abierta.
Tocó como guitarrista de apoyo a Ike y Tina Turner, Little Richard, King Curtis y Wilson Pickett entre otros, antes de convertirse él en el principal protagonista de los conciertos. En 1968, su tercer disco de estudio, Electric Ladyland, llegó al primer puesto de la listas estadounidenses y fue el artista mejor pagado tanto del mítico Festival de Woodstock del 69 como el de la Isla de Wight del 70. Canciones como Voodoo Child, Hey Joe, Purple Haze o All Along The Watchtower, tema que ya hemos publicado en nuestra web, le convirtieron por mérito propio una de las mayores leyendas del rock.
Desgraciadamente, la noche del 18 de septiembre de 1970, después de una fiesta, Hendrix se tomó un puñado de pastillas para dormir, craso error. La mezcla de somníferos con alcohol y posiblemente otras sustancias hizo que este se desmayara y se ahogara con su propio vómito sin que nadie pudiera hacer nada por él. Esa es la versión oficial pero se sigue especulando con otras teorías, como que fue por la mala praxis de un enfermero en Urgencias o incluso la inducción a la toma de ese cóctel explosivo por parte de su manager para poder cobrar el millonario seguro de vida. Todo eso da igual, Jimi ya no está.
En el Festival de Monterrey de 1967, la actuación de The Who dejó ojipláticos a los espectadores cuando, al finalizar la actuación, destrozaron sus instrumentos salvajemente. Jimi Hendrix tocaba justo después así que, lejos de dejar que la banda británica acaparara toda la atención, prendió fuego a su guitarra y se puso de rodillas a jugar con el juego cuál chamán extasiado. Aquí os dejamos ese momento mágico que quedará grabado a «fuego» para siempre en las mentes de los más rockeros.
No se puede decir de otra forma: Jimi Hendrix es el puto amo
Tampoco es para tanto, yo me quedo con Eric Clapton