La lista de rockeros a los que se les ha acusado de pervertir a la juventud es muy larga y ese fue uno de los cargos por los que condenaron a Sócrates a muerte. Esto podría ser una mera coincidencia si no fuera porque el verdadero valor que aportó Sócrates a la humanidad fue elevar el inconformismo a la categoría de filosofía, su auténtico crimen fue decir a los jóvenes que pensaran por sí mismos. Si eso no es rock que venga Chuck Berry y que me diga que es.
Sócrates era un personaje con una guasa tremenda, se hacía el tonto y mediante preguntas aparentemente inocentes conseguía que la gente que tenía a su alrededor descubriera sus propias verdades, se dieran cuenta de lo absurdos que eran los principios que tenían y que habían adoptado solo porque era lo establecido.
Cuando te cuestionas el orden establecido haces pensar a la gente, Sócrates era peligroso porque hacía pensar y el rock siempre ha sido una amenaza por el mismo motivo.
Desde los inicios más inocentes del rock hasta las bandas más reivindicativas existe un principio de rebeldía que cuestiona los valores de la sociedad. Detrás de un simple “por qué no podemos hablar de sexo en una canción” o un “por qué no puedo dejarme el pelo largo” hay un “por qué no puedo tener mis propias ideas”, un “dejadme pensar por mí mismo”.
No sé si a Sócrates le hubiera gustado el rock, pero de lo que si estoy seguro es de que se hubiera puesto muy contento al ver como generaciones de jóvenes se han cuestionado el mundo a ritmo de esa música.